Falsas elecciones

"El dolor es un hecho, pero el sufrimiento es una decisión", pensó mirando aquel gran portón frente a ella, se lanzó sobre sus pies polvorientos, se cubrió el rostro con las manos e imploró al cielo:!No quiero sufrir más! decía sollozando. Caminó sucia y sedienta por la tierra apenas salpicada por conatos de grama pálida, atravesó la entrada.

El camino era solitario, la llanura concentraba un denso verdor en el horizonte aderezado con árboles dispersos como si hubieran salido del salero de Dios. La brisa y el calor del sol, secaban su ropa húmeda por tanto llorar y así como se secaban sus lágrimas, sin saberlo, se secaban sus sentimientos.

En el camino encontró manjares y frutas frescas, lagos de agua cristalina y figuras de colores en el cielo, descanzó en paz, vivía feliz. Un día decidió hacer un viaje, estaba segura que conocería otros lugares mágicos como aquel, alguna otra villa hermosa y mejor.

Caminó por horas hasta que a lo lejos divisó el portón por el cual había entrado, corrió risueña, pero al llegar notó algo extraño, extendió su brazó y se topó con una pared, el otro lado parecía pintado, irreal, como un afiche pegado con engrudo.

Miró a su alrededor, se sintió pequeña, sola como una estrella en el firmamento, golpeó el muro desesperada.

Cuando se calmó empezó a buscar algún tipo de cerradura, o quizás algún indicio que le ayudara a salir, observó cada lado, cada vértice, finalmente, a un costado del umbral, en la parte inferior había una pequeña etiqueta de forma ovalada, de un dorado brillante, ella se acercó y leyó: Made in China.

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