Los cabellos de Mr James


Pocos como yo han notado el poder del cabello. No me refiero a su poder seductor en las cabelleras largas, cortas, lisas, afros o rizadas de hombres y mujeres, pues tanto en unos como en otros otorga un toque especial, no. No me refiero a ese poder hechicero del cuál gozaban las hebras de la cabellera de Medusa, ¿o quizás sí? Es algo que probablemente no hayan notado nunca…me refiero a cierto poder manipulador de estos flacuchos inteligentes.

Yo lo descubrí después de investigar el caso de Mr. Charles James, un inglés que vivía en una cabaña cercana al chalet de mis padres al pie de la montaña, donde solíamos ir de vacaciones.

Una tarde, caminaba yo por un valle hermoso donde pastaban unas vacas, la brisa era fresca y el sol calientito como el pan recién horneado y untado de mantequilla. Me senté sobre una piedra mientras mascaba el tallo verde de una ramita silvestre, cuando de pronto escuché el sonido de un avión que a lo lejos dejaba caer a un hombre. Pensé que se lanzaba en paracaídas porque la figurita que saltó parecía llevar un paquete atado a la espalda, pero nada se abrió.

El monigote descendió en caída libre y sólo vi moverse la copa de unos árboles frondosos, me levanté y bajé corriendo hasta el lugar. El sitio parecía cada vez más lejos y cuando logré visualizar al hombre tirado, ¡cuál fue mi asombro al descubrir que era Mister James!
- ¿qué pasó Mister James? Pregunté mientras retiraba unas ramas que había arrastrado en su caída.
- No abrió el paracaídas. Decía mientras levantaba sus dedos arrugados tratando de señalar su espalda.
- ¿Pero no cree que está muy viejo para hacer estas cosas?
Los ojos azules de Mister James se agrandaron, se llevó el índice al corazón para recoger de la camisa una hebra gris de su cabello, la colocó sobre su dedo y extendió su mano abierta para mostrármela, luego me dijo con voz ronca:
- Fueron ellos…
En ese momento irrumpieron unos hombres uniformados al lugar, cargados con camillas, oxigeno, medicamentos y se lo llevaron para auxiliarlo.

Yo regresé al chalet y busqué en las gavetas de mi habitación una lupa, la tomé y me fui hasta la cabaña del inglés; ya era de noche, la puerta estaba abierta y entré con cuidado, encendí las luces y gateé con mi lupa examinando hasta el último rincón, después de un par de horas descubrí que habían miles de pelos grises por toda la casa que confirmaban mis sospechas: los cabellos eran los culpables.

Tomé una cajita de fósforos que acompañaba a la pipa de Mr. James sobre la mesa, la vacié y la llené con unos diez cabellos, luego volví a casa.

En la sociedad de los cabellos, se les llama “pelos de tonto” a aquellos pelos que en lugar de manipular a los humanos, se dejan llevar por ellos, aquellos que sin queja alguna son capaces de vivir alteraciones de color, estar encerrados por horas dentro de un sombrero o bajo el sol inclemente, en general son muy amigables, solo que no son muy beneficiosos para el resto de los cabellos y por esta razón la campaña de desprestigio ha hecho creer que tener uno o varios pelos de tonto es algo malo.

Me miré al espejo y pensé que lo mejor sería encontrar a esos pelos de tonto míos, que seguramente me ayudarían a resolver el caso y con cuidado inicié la búsqueda.

Armé un pequeño batallón de pequeñas fibras cabelludas y las coloqué en la caja de fósforos junto a los cabellos de Mr. James. Una noche entera sería suficiente para que obtuvieran la versión peluda de los hechos, ¡Buena suerte! les dije al despedirme. Al día siguiente me costó una hora sacar mis cabellos de la caja, tratando de no confundir los pigmentos oscuros de mis representantes y los grises de la víctima, esta labor debía ser extremadamente meticulosa, pues cabía la posibilidad que algún infiltrado se hubiera camuflado para traerme información distorsionada.

El trabajo de los pelos de tonto fue perfecto y me trajeron toda la información para esclarecer el caso. A los cabellos de Mr. James, como la mayoría de los cabellos del mundo, les encanta lanzarse al vacío, siempre están saltando por todas partes, todos los días.

En el caso de nuestra víctima, muchos de los cabellos habían emigrado para siempre, dejándole un espacio reluciente en su tope, sin embargo, el resto no quería abandonarlo, le habían tomado mucho cariño, pero por otro lado tampoco querían desatender el llamado de lanzarse al vacío como todos los demás y renunciar a esa experiencia maravillosa que todos los cabellos viven tarde o temprano.

Fue así como empezaron las conversaciones entre el anciano y sus cabellos, primero en un tono amigable, pero al parecer Mr. James no entendía las propuestas que le estaban haciendo, finalmente lo amenazaron con dejarle, así que él no tuvo otra opción que acceder a su manipulación y lanzarse al vacío con ellos, aunque eso le costara la vida.

Ese día fui hasta la cabaña de Mr. James, aspiré todo, alfombras, muebles, superficies y todos los cabellos que lo habían abandonado quedaron atrapados en el contenedor de la aspiradora.

Ya que no podía llevar el caso a la policía, lo mejor que podía hacer por el difunto era llevarle aquello por lo que había muerto. Llevé una bolsa de papel al cementerio y vacié todos los cabellos alrededor de la tumba, el sepulturero me miró a medias urnas, “ya debe estar acostumbrado” pensé.

Desde entonces uso el cabello rapado para no arriesgarme, he visto algunos monjes que tampoco llevan cabellos, a veces me pregunto si estos sabios también conocen el secreto, no me atrevo a preguntarles, pero… todo es posible.

Comentarios

Chema Castro ha dicho que…
Joder niña... lo dicho... yo quiero de eso que tú fumas...:-)))))

Si te cuento mi última experiencia con uno de esos que tú has bautizado bajo el nombre de "pelos tontos" tendrías para reírte de mi por unos 10 años seguidos...

Mi sentido pésame por Mr.James y una abrazo para ti
Ángeles Navarro ha dicho que…
Jajajajajaja...demasiado bueno, me encantó este cuento.
Ahora entiendo porque se me cae tanto el pelo, o se me olvidan los intentos que hacen de manipularme o no les hago caso y me abandonan, los cabezas de totuma!!!!!N
o me rendire ante mis propios pelisuchos, seguire luchando hasta que me quede calva...muaaajaaaaajaaaa!!!
Anónimo ha dicho que…
Cómo le haces eso a mi psique!!! con el montón de pelo que se me cae todos los días :( antes del rollo del mister no sabía nada y podría vivir feliz en la ignorancia, ahora soy un tipa lúcida y ya sé que ellos, como los hijos, también tienen su camino... la lucidez duele.
La historia me ha dejado con los ojos abiertos buscando pelos y razones (osea me encantó)
pipiparao ha dicho que…
increible....no puedo buscarle ningun lado malo, tiene la dosis de ficcion y humor necesaria para tenerme sonriendo y enganchado al cuento.

fino
beso

a todo le puse un filtro de cine y los colores que meti, no sabes lo que eran jeje
pipiparao ha dicho que…
con la actuacion de tragavenao como pipiparao
Roger ha dicho que…
Menos mal que yo sali de ese peo de los cabellos desda la primera vez que me rape y me derrape =>
Cordovita Moreno ha dicho que…
Raza cuando quieras y aun estoy esperando por la historia de tus pelos de tonto... gracias :)

Caramelo que honor que te haya gustado, es verdad son unos perversos
^.^

Jajajaja Daniela que gusto tenerte una vez m'as por estos lados...de verdad siento lo de tu psique :( jajajaj

Gracias por tus comentarios Pipiparao?
Un saludo Diogenes ... no ser'a que tu eres un cabello?
Giacomo ha dicho que…
mira... revisa este www.yacobh.blogspot.com

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