Los pecados de Eva

Apenas empezaba a oscurecer, yo esperaba mi turno en la fila del comedor de la universidad, tomé la bandeja y eché una ojeada para encontrar alguien agradable con quien sentarme a cenar. En el último año de la carrera son muchos los rostros conocidos. Entre las mesas visualicé una cabecita sobresaliente que levantaba su mano y me hacía una seña; era Graciela con quien estudié algunas materias el año anterior.

Según lo que sabía de ella, llevaba adelantada su tesis de grado, ese proyecto que debíamos terminar para cerrar un ciclo más en nuestras vidas planificadas para el éxito. Creo que si algo quedó claro en esos años de estudio fue que eso que escribiríamos constituía la brecha entre ser un Nadie Licenciado o un Don Nadie y quizás por eso todo el mundo tenía miedo de hacer la tesis, era como una especie de Leteo, que dividía “La vida de estudiantes” de la “Vida profesional”.

- Hola Graciela – la besé en la mejilla y me senté a la mesa para comer, intuía la conversación que tendríamos:

- Eva ¿Te conté que ya me asignaron la fecha para la discusión de mi tesis? – preguntó entusiasmada.

- ¡No sabía!- exclamé asombrada- te felicito. Fingí mientras me moría de…

Envidia

Después de darme los pormenores de su absurda investigación sobre el análisis discursivo de no se qué telenovela venezolana, sacó a relucir el tema que yo no quería tocar:

- y tu ¿ya tienes tema para tu proyecto de grado? – preguntó

Me encogí de hombros y mentí:

¡Mju!- afirme aún masticando.

- ¿y sobré qué será?- continuó hurgando.

Rápidamente me introduje un pedazo de pan en la boca e hice una señal para que no se impacientara y me dejara terminar de tragar, pero como me miraba de tan ávida manera, sólo se me ocurrió señalar la ventana, a través de la cual se veían algunos edificios.

- Ahh, ¿sobre la biblioteca?

Tragué y con alegría volví a mentir:

- Exacto, sobre eso y la base de datos que tienen.

Eso la entretuvo por un tiempo y para no decir una palabra más mantuve mi boca ocupada comiendo vorazmente un plato tras otro llena de ansiedad y de

…Gula

Ya de noche regresaba yo a casa, arrastrando los pies, pensando –ingenuamente- que todo estaba descubierto y así me torturaba buscando algún tema para investigar.

Fui a la cama y cuando ya conciliaba el sueño, en lo que algunos han llamado el estado alpha, entre dormida y despierta, sorprendentemente vino a mi mente un tema que me pareció perfecto, todas las letras se movían en mi cabeza. Mi cerebro me daba la orden de levantarme a escribir, pero mi cuerpo estaba casi desconectado, cansado, no pude hacer semejante esfuerzo, de manera que me puse de acuerdo conmigo misma y me dije: “mañana lo escribo”.

Al día siguiente, lo primero que hice al levantarme fue buscar un lápiz y una libreta, pero luego de unos segundos frente a las líneas azules me percaté que no podía recordar nada de lo que había previsto escribir y quizás nunca más lo recordaría, miré en todos los rincones vanamente. Luego me llené de…

… ira

Otra vez me encontraba en el punto de partida: nada. Cero. Abandoné el lápiz sobre la mesa, subí una de mis piernas a la silla donde estaba sentada para buscar entre los dedos de mis pies, como si fuera a encontrar alguna solución en ellos. Hice una lista de las cosas que debía hacer para empezar la tesis. Nada de eso suena muy motivador, así que antes de salir, decido darme un poco de placer a mi misma y voy a la habitación a masturbarme en un no tan entusiasta acto de…

…Lujuria

Mientras más leía en la biblioteca, protegida por un fortín hecho de libros sobre la mesa, me sentía más confusa, las letras se paseaban sin sentido antes mi rostro soñoliento y embrujado de…

… Pereza

Para mi mala suerte, una vez más apareció Graciela con su cara de perfección, fue infructuoso ocultarme entre los libros, se acercó y además se sentó conmigo, aunque sus palabras parecían vacías, soy lo bastante aguda para leer entre líneas todo lo que estaba tratando de decirme, casi podría decir que leía su inconsciente cada vez que pronunciaba una frase:

“Soy perfecta, el mundo se admira ante mi existencia, soy un ejemplo a seguir por la sociedad y por ti, pobre gusano sin logros”.

- Bueno, me voy te dejo tranquila para que estudies – se levantó y se fue, pero sin darse cuenta olvido algo sobre la mesa, un dispositivo diminuto, brillaba como un diamante, estiré el brazo y lo alcancé: una memoria portátil.

Me escabullí de la biblioteca a una sala de computadoras y revisé el pequeño dispositivo y allí estaba: su proyecto de investigación listo y finalizado. Mis ojos se iluminaron de…

…Codicia

Cambié su nombre y coloqué el mío, después guardé el proyecto en mi memoria portátil, no sin antes borrarlo del dispositivo de Graciela. Miré con cuidado a mi espalda, pues no quería que alguien se detuviera tras de mi y notara lo que estaba haciendo. Regresé a la biblioteca y cual cascarón vacío dejé abandonado el pequeño artefacto cerca de la mesa en la cual se ubicó mi víctima después de hablar conmigo.

Todo salió perfecto, en la puerta de salida me topé con Graciela esta vez desesperada, me preguntó si no había visto la pequeña memoria.

_ ¿Tenías algo importante ahí?

_ Mi proyecto de investigación- respondió casi tirando de sus cabellos.

_¡Ja! Debes ser más cuidadosa con cosas tan importantes- dije mientras la miraba con…

…Soberbia

Yo sabía que Graciela aún no había presentado su proyecto ante la Universidad, así que muy temprano en la mañana, salí fresca y me presenté en la oficina de la profesora encargada de las investigaciones, yo llevaba una copia impresa y otra en un archivo digital. Alta y gorda, de cabello cortito y de muy buen humor, me atendió la profesora Amelia, a quien no conocía personalmente, pero de quien sabía alcanzaba los más altos rangos académicos. Sonriente le entregué la copia del proyecto, se colocó los lentes que le colgaban sobre los grandes pechos:

- Que bueno que ya estás en la recta final- dijo mientras abría el tomo.

Comenzó a hojearlo y repentinamente su sonrisa se desdibujó, intuí que algo estaba mal: “la tonta de Graciela no hizo las cosas bien”, pensé y como si me hubiera leído el pensamiento sus pupilas se alzaron sobre el marco de sus anteojos, hizo una pausa amenazante y continuó leyendo, sus gestos se hacían cada vez más rígidos. Me pareció que el tiempo se hacía más lento, sentí que mi pecho se empequeñecía dentro de mí hasta desaparecer y dejar un gran vacío. No sé si era mi piel o alguien había bajado la temperatura del aire acondicionado. Finalmente la profesora cerró el libro y sin pronunciar una palabra me examinó desde el otro lado del escritorio. Mi cuerpo tuvo la intención de sudar, así que sentí un leve escozor en mis axilas. Quise romper el silencio y pensé decir algo como: ¿Qué tal?, pero afortunadamente ella me interrumpió y de no ser así mi ridículo hubiera sido mayor:

- Por gente como usted es que este país está como está_ sentenció en tono seco.

“Bueno, dicen que el país está progresando”, pensé, así que dudé si me estaba halagando o insultando. Se levantó de su asiento y salió, en menos de dos minutos regresó con otro profesor a quien le mostró el proyecto de grado:

_ ¿Usted hizo esto? _ preguntó el nuevo invitado a la oficina.

_Sí _ respondí con un falso orgullo

Él me contradijo enseguida:

_ Usted no hizo esto_ y después de una pausa me informó_ yo mismo ayude a la bachiller Graciela a empezar y terminar esto_

Y fue en ese momento cuando por primera vez las puertas del infierno se abrieron ardientes para recibirme, me absorbieron como una ventosa. Entré al mismo lugar, con la misma gente, pero el infierno lo determinan las miradas, son las únicas que te indican que estás allí. Tuve miedo y me escondí debajo de la mesa.

_ ¡Bachiller! Salga de ahí_ exclamó el profesor con voz fuerte, mientras yo me cubría el rostro con unas hojas blancas. De pronto no escuche nada más, esperé unos minutos, el silencio era denso como el sonido de la noche a la orilla del mar. Abrí los ojos y me dispuse a salir de mi escondite para ver qué pasaba, cuando súbitamente escuché una voz de gran estruendo que hizo vibrar todo lo que había en aquella oficina e hizo que me sacudiera terriblemente:

_ ¿Qué es lo que has hecho?_ Dijo la voz dirigiéndose a mi. Esperé unos segundos, pero presentí que la voz estallaría una vez más así que casi susurrando me apresuré a decir:

_ El problema es que no he hecho nada_ y como el ruido de una estampida de elefantes la voz volvió a hablar:

_ ¡Por cuanto has hecho mal, multiplicaré en gran manera los dolores de tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti!_

Yo, surumbática ante tal amonestación, cuál bebé empecé a sollozar:

_ ¡Pero es que yo soy feminista! Y ni siquiera quiero tener hijos, por eso vine a la universidad, para ser independiente_ y mientras repetía una y otra vez que era feminista, la voz despareció.

Aún respirando agitadamente me sequé las lágrimas y allí debajo del escritorio vi unas piernas femeninas que entraban, escuché a los profesores conversando. La mujer se acercó a mi, era Graciela, quien se agachó. Apenas pude mirarla con mi cara roja y no soporté el peso de sus ojos.

_Eva, ¿Qué es lo que has hecho?_ Preguntó.

_ ¡Soy feminista!_ rompí a llorar nuevamente. Ella frunció el ceño y replicó:

_ ¡Eres una oportunista! para llamarte feminista debes por lo menos ser independiente y por lo que veo, terminarás por buscarte a un hombre que te mantenga y tú serás una ama de casa por que de seguro ni siquiera podrás graduarte…_

_ ¡No!_ Irrumpí en un llanto esta vez mayor.

El profesor tutor se acercó y me extendió un papel:

_Esta es su carta de suspensión, mientras el consejo decide qué hacer con su caso, por los momentos puede retirarse, tenemos otros estudiantes a quienes atender_

La profesora gorda me ayudó a levantarme y me llevó hasta la puerta del edificio, el vigilante me abrió la puerta, salí expulsada del paraíso que _cuando salí en la mañana_ pensé que alcanzaría: la toga, el birrete, los aplausos, la sonrisa de mis padres, el rostro envidioso de Graciela, todo quedó detrás de aquella puerta que se iba haciendo más pequeña mientras yo me adentraba en el bosque de miradas de esta nueva dimensión.

©2007

Comentarios

Ángeles Navarro ha dicho que…
Verciale!!!!Eva si es tonta, si se le hubiese ocurrido buscar un profesor de otra escuela, el guiso quizas le hubiese salido bueno y no tan piche, poecita, ¿qué sera de su vida?¿habra ido a comprar en la tienda de respuestas alguna para su caso?
Anónimo ha dicho que…
Buenas noches, Lilia.

Recibí tu invitación para leer el último cuento que publicaste en tu blog y al leerlo pareciera que hoy, en lugar de domingo, hubiera sido un día más de trabajo en la universidad que las dos conocemos: La osadía de Eva me recuerda a tanta pero tanta gente... je...je... je.... Y no me refiero solamente a algunos alumnos (OjO: subrayo "algunos"; no todos), también me recuerda a algunos coleguitas...je... je...je...

En cuanto al desarrollo del discurso narrativo, me agradó bastante el ritmo que a la escritura le impregnó la incorporación de esos que algunos han dado en llamar "pecados capitales".

En la primera mitad del cuento, me llamó la atención cómo manejaste en el personaje de Eva esa doble moral y esas máscaras con que a menudo nos topamos.

Con gusto visitaré tu blog nuevamente.

Un abrazo,
Jenny
Christian Sánchez ha dicho que…
¿Los 7 pecados Capitales?, creo que si ¿verdad? Pero y Eva no ¿tendrá una oportunidad de hacer las cosas correctamente?.
He conocido a algunas Gracielas que terminan mal, y a unas Evas que terminan bien ... a veces la vida no es tan "justa".
Muy bueno el cuento ;)

Saludos liliax!!!!
Roger ha dicho que…
Conozco 1cura buenisimo q te puede confesar barato. Siempre pense q yo era el hijo del anticristo pero ya veo q estaba equivocado. Lo q le falto a esta Eva fue darle manzana a la Graciela. Q horror. Cuanta maldad y crueldad puede albergar unos casi.90.60.90. Igual brindo por las niñas y brindo por ud amiga, se comio los caramelos.
Giacomo ha dicho que…
entonces de eso trataba...

eva sus pecados y el arbol del conocimiento: el pendrive
la tentacion,

y la venganza no consumada, por

no mantenerse en estado alfa
Cordovita Moreno ha dicho que…
Verciale Caramelo tu y tus cosas XDDD , tu eres el tipo de consejera que Eva necesitaba hahahahahah
Christian: es que segun las estadistica del infierno el 80% de la gente que va no es por mala sino por tonta ;)..
Jenny, gracias por tu visita y por tus comentarios :), si la mayoria de mis amigos (muy inteligentes ellos) me han dicho...¿cómo eva puede ser tan tonta?...pero tu que te manejas entre los bajos fondos del intelecto sabes que es un personaje bien real hahahaha!
Roger: que risa contigo... que enredo lo del cura!
Giacomo: you got it!
Chema Castro ha dicho que…
Me gusta eso de que el 80% de los que estan en el infierno es por tontos y no por malos.

Eva, Eva, lo que Eva no sabía era que Graciela estaba locamente enamorada de ella y hubiera dado todo por compartir su tesis, su casa y su vida con Eva. ¿Por qué lo hiciste Eva?... ¿Por qué?... no fue sólo Eva quien se perdió en una nueva dimensión, el corazón de Graciela mas nunca fue el mismo... dicen que aun hoy en dia la puedes escuchar en sueños murmurando (no se sabe sin con rencor o con nostalgia) el nombre de Eva

Saludos Lilian... como siempre, una pasada leer tus cuentos.
Andrés Schmucke ha dicho que…
Excelente (como el señor Burns), que buena e interesante historia...

Deberiamos reunirnos...

hellangeluz@hotmail.com
Cordovita Moreno ha dicho que…
XDDDD, RAza tu psicoanalisis de Graciela le otorga el sello perverso al personaje bueno de la historia...aqui hay dos verdades:1 no hay nada absolutamente bueno... puro ging jang y 2... examinas bien hasta dar con el toque perverso (o colocárselo) jajajaja
Un saludo :)

Andrés, gracias por tu visita y tus comments :) estuve paseando por tus blogs, están bien entretenidos...
Anónimo ha dicho que…
Excelente, la has hecho de nuevo! Me he divertido un montón, venga lo único es que faltaron dos pecados por destacar poniéndolos a la derecha: orgullo y feminista. jejeje, no es que diga que es un error es solo una sugerencia, que no se interprete el comentario como ENVIDIA! ;)
Davilis ha dicho que…
Buena historia, muy divertida, aunque noto un dejo anecdotario...

Perdona el abandono, prometo ser más ecuanime en mis comentarios...

Un beso en la nostalgia

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